La memoria del agua y su trascendencia para un pueblo
La asociación cultural Aljez, de Villamayor, da a conocer un documento de 1406, imprescindible para conocer los usos del agua en la zona del bajo Gállego.
El “Compromís i Sentencia Arbitral sobre Derechos del azud i Acequia de Candeclaus”, hallado por azar en 1996, compone el libro Los riegos en Villamayor de Gállego, junto a un exhaustivo estudio del documento y de su contexto, a cargo de los historiadores Miguel Ángel Gargallo y Manuel Tomeo.
El ser o no ser de los pueblos del bajo Gállego ha estado siempre ligado al agua. El río Gállego y su aprovechamiento posibilitaron el asentamiento poblacional y la vida en torno a sus riberas. Zuera, San Mateo y Peñaflor disfrutaron primero de esa agua, represada y derivada por el azud y acequia de Candeclaus, o lo que sería luego, El Establecimiento de Camarera.
Villamayor y el Término de Mamblas tuvieron que ganársela con tesón y esfuerzo. Esta publicación saca a la luz el manuscrito de 1406 que reconoce el derecho al uso permanente del agua de riego, que ganaron su antepasados, en su lucha por garantizar el agua para los riegos de sus huertas, de boca y de la salud pública o lo que es lo mismo, la lucha por su futuro y la subsistencia en esta tierra.
El libro, de 240 páginas, para el que Aljez ha contado con la colaboración de la Diputación de Zaragoza, se halla ya distribuido en librerías.
La asociación cultural Aljez, de Villamayor, da a conocer un documento de 1406, imprescindible para conocer los usos del agua en la zona del bajo Gállego.
El “Compromís i Sentencia Arbitral sobre Derechos del azud i Acequia de Candeclaus”, hallado por azar en 1996, compone el libro Los riegos en Villamayor de Gállego, junto a un exhaustivo estudio del documento y de su contexto, a cargo de los historiadores Miguel Ángel Gargallo y Manuel Tomeo.
El ser o no ser de los pueblos del bajo Gállego ha estado siempre ligado al agua. El río Gállego y su aprovechamiento posibilitaron el asentamiento poblacional y la vida en torno a sus riberas. Zuera, San Mateo y Peñaflor disfrutaron primero de esa agua, represada y derivada por el azud y acequia de Candeclaus, o lo que sería luego, El Establecimiento de Camarera.
Villamayor y el Término de Mamblas tuvieron que ganársela con tesón y esfuerzo. Esta publicación saca a la luz el manuscrito de 1406 que reconoce el derecho al uso permanente del agua de riego, que ganaron su antepasados, en su lucha por garantizar el agua para los riegos de sus huertas, de boca y de la salud pública o lo que es lo mismo, la lucha por su futuro y la subsistencia en esta tierra.
El libro, de 240 páginas, para el que Aljez ha contado con la colaboración de la Diputación de Zaragoza, se halla ya distribuido en librerías.
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